Los faraones ya la consumían y Aristóteles en la antigua Grecia, afirmaba que su consumo le daba vigor y sobre todo, poder intelectual. Un naturalista holandés de nombre Jan Swammerdam 1637-1680, fue el primero en describir el compuesto nutritivo en la celda real y descubrió que “el jefe” de la colmena era “una jefa” y no un rey como se suponía hasta el siglo XVII.
El nombre jalea real fue dado por el suizo François Huber, en el siglo XVIII. En Asia ha sido utilizada durante siglos como remedio y fortificante y se le llama el “Alimento de los emperadores”. 

El primer hombre en investigar la jalea real

El Premio Nóbel de Química (1931), el alemán Dr. Friedrich Bergius, en el año 1933 fue el encargado de analizar esta sustancia producida por las abejas y ante la complejidad que revestía esta sustancia decidió abandonar la labor. Al tiempo después, decidió a probarla él mismo para saber los efectos de la jalea real y comprobó con resultados sorprendentes, que el consumo de la jalea real había aumentado energía, dinamismo y una especie de evolución sexual a la edad aprox. de sus 50 años.
En 1938, el científico francés Maurice Boyer de Belvefer llevó a cabo un estudio científico y metódico sobre la jalea real. Experimentó durante años con perros, gatos y cerdos tratando de descubrir si los efectos serían benignos para los seres humanos. Las conclusiones determinaron que los animales se volvieron más enérgicos y entonces decidió probar con sí mismo y su familia obteniendo resultados favorables. 

El conocimiento popular de la jalea Real

Comenzó cuando el Papa Pío XII tomó durante varios días tomo jalea real, recetado por el Dr. Galeazzi, produciéndole un rápido efecto restaurador y fortalecedor.
La noticia rápidamente fue publicada y por ello los efectos de la jalea real cobraron fama mundial. El Papa debilitado cobraba energías nuevas, y se empezó a comercializar siendo un producto que no era fácil de encontrar y además tenía un alto valor al adquirirlo.  

Hoy en día…

Existe un gran interés a nivel global, en el uso de productos 100% naturales y que pasan a ser parte de nuestra alimentación diaria. En Chile los productos apícolas más conocidos son la Miel, Polen y Propóleos, asociados directamente con el “invierno y sus enfermedades respiratorias”. Pero los productos de la colmena ya nombrados se suman a otros que no son tan conocidos por el consumidor final, que son la Cera, Apitoxinas y la Jalea Real. Esta última es la que ha aumentado el interés de muchos consumidores que están prefiriendo complementos alimenticios 100% naturales y que cumplan la función de ayudarnos a revitalizar nuestro organismo.